Se llama software libre al que se caracteriza por otorgar al ususario final y a los desarrolladores las siguientes atribuciones:
Libertad para utilizar el software (esto implica por cualquier persona y para cualquier finalidad)
Libertad para copiar y distribuir el software
Libertad para analizar y estudiar el código fuente (serie de secuencias de texto simple en donde -en lenguaje de programación- están escritas las instrucciones que la computadora seguirá al ejecutarse el programa)
Libertad para modificar (no es necesario publicar los cambios si éstos son sólo para uso interno y no se redistribuye)
Se llama software propietario a aquellos programas que no cumplen los requisitos del software libre. En esta expresión, el término “propietario”, significa que el desarrollador (sea una persona individual o una corporación) tiene derechos de autor sobre esa pieza de programación. En consistencia con esta idea, el código fuente no se encuentra accesible, impidiendo que éste pueda ser copiado, modificado o estudiado.
En síntesis, las diferencias entre uno y otro sistema ponen de manifiesto objetivos muy distintos. Mientras el software libre aspira a construir comunitariamente el desarrollo y optimización de los programas, el software propietario sostiene su negocio en la protección de los derechos de autor. Por lo general, universidades, escuelas e instituciones sin fines de lucro, optan por utilizar software libre. ¿Por qué? He aquí, algunas buenas razones...
Sin embargo, no debemos confudir software libre con gratuito... pero de eso, ya hablaremos más adelante...
Investiguemos!
¿Cuáles son los programas de software libre que estamos utilizando actualmente en la escuela?
¿Para qué sirven?
¿A qué programas de software propietario reemplazan?